La fiebre es un aumento de la temperatura corporal más allá de un cierto límite. Dado que la temperatura corporal varía de una persona a otra, dependiendo de la hora del día, de la fase del ciclo menstrual y del método de medición, no existe un límite universal que defina la fiebre.
En la práctica, sin embargo, generalmente se habla de fiebre cuando la temperatura es superior a:
La fiebre a menudo se acompaña de dolores musculares, dolor de cabeza, sudoración y, a veces, escalofríos.
La fiebre en sí misma no es una enfermedad, sino un síntoma inespecífico que puede aparecer en una amplia variedad de enfermedades.
La fiebre es causada principalmente por una infección (provocada por un virus, bacteria o parásito), pero también puede ser causada por otras enfermedades no contagiosas, como enfermedades autoinmunes. A veces, no es posible encontrar la causa de la fiebre.
No es seguro que la fiebre sea grave. Depende de los síntomas concomitantes y del estado general.
En la mayoría de los casos, enfermedades virales como la faringitis, gripe o COVID, se resuelven bien en pocos días, sin necesidad de tratamiento.
Si se diagnostica una infección bacteriana (como sinusitis bacteriana, amigdalitis estreptocócica, pielonefritis), el médico puede prescribir un antibiótico apropiado.
De cualquier manera, es importante descansar e ingerir líquidos suficientes.
Si la fiebre es molesta, es posible tomar paracetamol o un medicamento antiinflamatorio como ibuprofeno para bajar la temperatura y aliviar posibles dolores concomitantes, siempre que no haya alergias a los medicamentos o contraindicaciones para estos medicamentos.
Algunas situaciones requieren que consultes a un médico lo antes posible: si estás embarazada, si has viajado recientemente fuera de Europa, si tienes fuertes dolores de cabeza o rigidez en el cuello, si te has sometido recientemente a una cirugía, si estás tomando medicamentos inmunosupresores o quimioterapia, si tienes fuertes dolores abdominales, de espalda o en los flancos, si tienes vómitos o diarrea graves.
Si tienes dificultad para respirar, convulsiones o te sientes confundido o somnoliento, es necesaria una consulta de emergencia (llama al 144).